Música folklórica

Géneros

  • El guaguancó, un vibrante ritmo que se gestó en La Habana, Cuba, coincide con un momento crucial en la historia de la isla: la abolición de la esclavitud en 1886. Formando parte integral de la rumba, el guaguancó fusiona diversos rituales afro-cubanos y se distingue como una de las tres variantes fundamentales de este género, junto con el Yambú y la Columbia.

    Tanto el ritmo como la danza del guaguancó se manifiestan con textos generalmente anónimos, acompañados por tres tumbadoras y una caja de madera percutida con palillos o las manos, conocida como cajón. Los percusionistas se complementan con un coro que responde al solista. La danza presenta una coreografía fascinante, donde el hombre persigue a la mujer con movimientos sumamente eróticos. A pesar del inicial rechazo de ella, al final consiente, simbolizando así la "conquista" del hombre sobre la mujer, un acto conocido como el vacunao.

    Las composiciones más antiguas, conocidas como "guaguancó del tiempo de España", coinciden con el fin de la era colonial española en Cuba, añadiendo capas de significado histórico a esta expresión artística.

    El guaguancó, en su esencia, refleja un sincretismo de influencias africanas y españolas. La presencia de esta última se evidencia principalmente en el uso de textos basados en décimas. Según Mongo Santamaría, un destacado "rumbero", el guaguancó tuvo sus raíces cuando los afro-cubanos intentaron incorporar elementos del flamenco en su expresión musical.

  • La rumba, un género musical tradicional que se gestó en Cuba en el siglo XIX, tiene profundas raíces africanas y se considera la madre de diversos ritmos y bailes latinos, como la salsa. Su influencia se extiende a lo largo de América Latina, y en noviembre de 2016, la Unesco la reconoció como integrante de la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, junto con todas las prácticas culturales asociadas a esta festiva mezcla de baile y música.

    La rumba cubana, ejecutada ya sea en pareja o de manera individual, se caracteriza por seguir el ritmo de la clave, generando patrones rítmicos mediante movimientos de caderas y pelvis, que son replicados por uno de los tambores en su percusión.

    En la rumba cubana, todos los instrumentos musicales son de percusión, destacando especialmente las tres tumbadoras, un tipo de tambor cubano con llaves, que desempeñan un papel crucial en la creación del ritmo básico. La melodía es llevada por los cantantes, y en Cuba, el término "rumba" abarca tanto una familia de ritmos musicales como un estilo de danza. Se distinguen tres tipos principales de rumba: el Yambú y la Columbia, originarios de Matanzas, y el guaguancó, proveniente de La Habana.

    La instrumentación específica para la rumba incluye tres tumbadoras, siendo la tumbadora prima y el segundo o tres los encargados de marcar el ritmo básico, mientras que la tercera tumbadora, conocida como quinto y afinada más alto, realiza golpes improvisados y adornos dirigidos a los bailarines.

    En cuanto a la técnica de baile, la rumba se puede ejecutar de diversas formas según el estilo del rumbero. En el guaguancó, por ejemplo, se adopta una posición con piernas semi-flexionadas, espalda gacha, y se alternan brazos y piernas según el pie que se mueve. El paso básico involucra movimientos de pelvis y cadera en forma de 8, creando una ilusión de rebote en todo el cuerpo. En la Columbia, el paso básico es similar, pero se baila de manera más erguida y menos coqueta, incorporando movimientos lentos y rápidos para resaltar la elegancia y destreza. En el Yambú, generalmente hay menos movimiento, destacando la simplicidad en la ejecución.

  • La Columbia, junto con el Yambú y el Guaguancó, representa una de las formas distintivas de la rumba cubana. Sus raíces tienen origen en las tradiciones congolesas y emergió en las zonas rurales al sur de la provincia de Matanzas durante la primera década del siglo XX, específicamente cerca del pueblo de Unión de Reyes. Este ritmo se vincula estrechamente con los jornaleros negros que trabajaban en los ingenios de caña de azúcar. Después de terminar sus jornadas laborales, estos trabajadores participaban en los "toques" de la rumba en las celebraciones de la región.

    A lo largo de su historia, la Columbia ha contado con bailadores destacados, como el caso de José Rosario Oviedo, conocido como "Malanga". Este bailarín desarrolló un estilo distintivo al marcar los repiques de la música mientras pasaba un aro de barril entre sus manos y pies, sin perder el ritmo.

    La Columbia comparte similitudes con el bembé, un ritmo en compás de 6/8, y es la forma más rápida y reciente de los tres estilos de rumba. Este baile se interpreta exclusivamente con participantes del sexo masculino, a veces incorporando el uso de cuchillos como parte de la representación.

  • Las raíces de las manifestaciones danzarias de la conga y la comparsa, se remontan al siglo XIX temprano, cuando las autoridades coloniales permitían a los esclavos celebrar su fiesta del Día de Reyes. Con la participación de los Cabildos de diversas naciones africanas, se introdujeron sus trajes, cantos, bailes e instrumentos típicos. A medida que estos grupos se integraron a la sociedad cubana, la tradición de participar en los días de carnaval se mantuvo en los distintos barrios de la capital, representados por la población en general.

    En la época republicana, surgieron las Comparsas, grupos que bailaban desde sus barrios hacia áreas céntricas de la ciudad, donde un jurado evaluaba sus actuaciones. Con el tiempo, estas comparsas se organizaron mejor, formando filas y creando coreografías propias.

    La Comparsa es una danza dramática itinerante que se desplaza por las calles ejecutando una coreografía colectiva al ritmo de tambores y un canto repetido por el coro, conocido como Conga. Este término también se utiliza para describir la música asociada, que es eminentemente rítmica y repetitiva, a veces acompañada por trompetas o cornetas chinas, especialmente en el oriente del país.

    Los comparseros o congueros transmiten su tradición de generación en generación, lo que explica por qué las comparsas más renombradas de la época colonial persisten en la actualidad con el mismo nombre, vestuario y estilo de danza. Ejemplos notables incluyen a El Alacrán, Las Bolleras, Los Marqueses de Atares y Las Jardineras.

Cantantes, músicos y grupos

  • Descripción del elemento
  • Descripción del elemento
  • Descripción del elemento
  • Descripción del elemento
  • Descripción del elemento
Anterior
Anterior

Música campesina

Siguiente
Siguiente

Bolero y Filin