Reseñas

Por Rogelio Ramos Domínguez

José Alberto “El canario”

“Rodando por el mundo”

Para ser escuchado en la voz de Betsy Acosta

Voy a repetirme: nacer en Santiago de Cuba ensancha el alma, apuntala el acto de fe que es resistir los embates del calor y las sucesivas durezas. No es el hecho de que Emilio Bacardí sea quizá el primer lobista del que se tenga noticia, que haya creado el museo o viviera la dicotomía de ayudar a Antonio Maceo y sostener la fábrica de ron más importante de la que se ha tenido noticia, no; es que aquí también nació el bolero.

Dicen que el creador no fue Pepe Sánchez, quien, en 1883, rubricó su ¨Tristezas¨, pues, según Leonardo Acosta ya había otros boleros solo que el trovador pudo inscribirlo, pero qué importa. El bolero desde finales del XIX se quedó en las cosas de la gente, en la vida de la gente, se hizo alcohol y sangre, mereció almas.

El bolero conoció un sonido distinto con ¨Aquellos ojos verdes¨ (1929. Nilo Menéndez, Adolfo Utrera) y fue altísimo en Benny o en Sindo; inmenso en Arsenio Rodríguez y hasta en Luis Miguel o Descemer Bueno. Por eso cuando logro poner en mis audífonos los primeros tracks del disco Rodando por el mundo, producido por Alden González, José Raposo, Geovanis Alcántara, Damián Busqueta y el mismísimo José Alberto grabado en la Sala Dolores, me repito, nacer en Santiago de Cuba ensancha el alma.

"Este es un disco en el que José Alberto muestra una vez más su pasión por la raíz cubana, en este caso el bolero, aunque hay dos boleros sones: 'El amor de mi bohío', este basado en el arreglo de Matamoros, se tocó un poquito pensando en el destinatario latino, pero no deja de lucir como un bolero son de estilo matamorino, y 'A media noche'. Ahí el Canario realmente se lució. Este es un disco de mucho feeling por parte de El Canario y definitivamente es un disco que debe gustar mucho a su base de fans". Me dijo el productor Alden González con la pasión que suele poner a sus proyectos.

Hace un tiempo hablaba de lo distorsionado de la difusión de la música en Cuba debido a un tono sostenidamente capitalino, muchos y muchas ignoran de manera rotunda el impacto de La Familia Valera Miranda en Europa, sucedió lo mismo con Buena Vista Social Club; mientras la mayoría movía el cuerpo con timba, el son oriental conquistaba el mundo en la voz de añosos hombres de sombrero, Eliades Ochoa es otro ejemplo, el propio Alden González mostró recientemente que el santiaguero es de los que cuenta con base más sólida en plataformas como Spotify y el citado fonograma Buena Vista Social Club resulta un enigma (como dice la canción rescatada por el productor para El Septeto Santiaguero).

Quizá por estos motivos, Alden González cita el lugar y las personas con que trabaja desde hace un tiempo: "La base para grabar el disco aquí en Santiago de Cuba fueron Azabache y Los Guanches con una participación muy destacada de Alejandro Almenares y también está Magic Sax Quartet, el cuarteto de cuerdas de la Orquesta Sinfónica de Oriente y está Pablo Milanés".

"En cuanto a las colaboraciones internacionales tenemos a Charlie Aponte, Víctor Manuel y Gilberto Santa Rosa. Por República Dominicana tenemos a Milly Quesada. De Colombia tenemos a Jorge Celedón, una de las principales voces del vallenato. Considero que una de las interpretaciones más certeras del disco es la de Jorge Celedón. Me gusta cómo canta 'Virgen de media noche', un tema que popularizó Daniel Santos. Y bueno también de República Dominicana Sergio Vargas que canta 'El amor de mi bohío'. Grabamos en la Sala Dolores que tiene un sonido mágico".

Los 48 minutos con 16 segundos que dura el disco proponen no solo buenas versiones, hay un repaso por los formatos por los que ha transitado el bolero, y por tanto una suerte de recuento, el cinquillo añoso que oportunamente aparece en el track número cuatro, donde El Canario acoge a los Guanches y nada más y nada menos que a Pablo Milanés.

El sonido de los conjuntos puede notarse en piezas como "Por qué ahora", conocida como "Rodando por el mundo", esa manera de interpretar bolero donde se lucieron grandes figuras cubanas al estilo de Orlando Contreras, y que por mucho tiempo se escuchó en Cuba a pesar de prohibiciones absurdas que nada pudieron contra la obra que sobrevive cualquier portazo cuando vale, también, las jazz bands que cristalizaron bajo la batuta de Benny Moré, donde surgió, y aquí no hay tremendismo, lo inmenso. Los productores tuvieron el tino además de atraer a un gran proscrito en Cuba, por mucho tiempo, Rolando Laserie. De modo que el bolero vuelve a rodar, esta vez de la mano de José Alberto "El Canario". 11 tracks de un disco que vale imprimir en vinilo, otra joya que nace desde Santiago de Cuba. Puede que algunos le exijan más de lo obtenido a algún cantante, o echen de menos alguna pieza.

Yo lo viví y sentí coherencia, aun cuando se trata de pasar por diferentes formatos, desde el más minimalista al orquestado, el sonido fluye. Ya sé que hay soneros a quienes se les hace dura la canción, pero El Canario sabe sacar partido y los duetos dan fruto de altura.

José Alberto saca a lucir sus dotes de viejo lobo, y pone sentimiento a cada título. Yo me quedo con esta placa la escucho como de lo mejor por estos días en que tanto absurdo se graba, ya lo siento, el bolero sigue rodando por el mundo y, por si fuera poco, lo canta El Canario.

“Hablemos de timba

Los años 90 pusieron a Cuba al borde del colapso. Con la caída del conocido como socialismo real, las condiciones materiales de los cubanos llegaron casi a cero. El llamado período especial se lanzó con furia sobre una población que de pronto no tuvo lo mínimo para sobrevivir. Varias fuentes dan cuenta de una caída del 36 por ciento del producto interno bruto. Los músicos también sintieron el impacto de la crisis; sin embargo, la música fue de los sectores que pudieron salir adelante.

Fue en ese periodo que surgió la timba, un intergénero musical que se colocó entre lo más conocido de la música cubana de los últimos años. Con la llegada de la crisis, el gobierno no pudo otra cosa que abrirse al turismo, y por tanto, los bailables surgieron como alternativa, sobre todo en la capital cubana.

Con la timba se unió la creatividad musical natural cubana con el nivel logrado en la academia. Cuba siempre tuvo figuras de influencia internacional como son los casos de Arsenio Rodríguez, Miguel Matamoros o Benny Moré y podríamos citar a Mario Bauzá, Chano Pozo, Miguelito Valdés, Ignacio Piñeiro y Ñico Saquito; estos son soloalgunos nombres. Toda esa tradición se unió a lo que dio un mayor nivel educacional en nombres como los de Adalberto Álvarez, José Luis Cortez, Giraldo Piloto o Alain Pérez.

Cuando se hace la historia de la música cubana ocurre que muchos de los hitos eran genios sin más estudios que el de la calle, el trovador Sindo Garay aprendió a leer a los 13 años, según sus biógrafos. Benny Moré no estudió en ninguna escuela musical, al igual que sucedió con un genio al estilo de Chano Pozo, percusionista que junto a DizzyGillespie le dieron un enorme impulso al jazz, tampoco había tenido estudios Miguel Matamoros.

Con la Timba, que afirman comenzó a gestarse nada más y nada menos que en Irakere, ocurre la fusión de la calidad musical de artistas como es el caso de José Luis Cortez, El Tosco, y una tradición que viene desde los citados nombres, que gestaron el crecimiento de géneros como el son, el bolero, la rumba o el chachachá.                                               

Los graduados de muchas escuelas fusionaron con el son y la rumba todo lo posible y nació la timba. En este intergénero se reconoce el jazz, el rap, el funk unido a la tradición sonera y rumbera cubanas.

Si al principio de los 60, como para eclipsar la furia rockera en Cuba surgieron muchos géneros que murieron casi tan pronto como nacieron, hablemos del pacá, el simalé, o algunos que duraron más al estilo del Pilón o el Mozambique. La timba surgió de la misma necesidad del pueblo de expresarse, pero con una complejidad técnica muy alta.

Con solo revisar las orquestaciones de grupos como NG La Banda, Manolín el Médico de la Salsa, Bamboleo o Klimax, el oyente encontrará una mezcla de verdadera vida del barrio con arreglos de una complejidad difícil de encontrar en la música popular de cualquier nación. Si escuchamos con detenimiento una pieza como "La Bruja", nos daríamos cuenta de este planteo aunque también deberíamos citar que junto a la calidad musical surgieron polémicas enconadas porque los textos muchas veces citaban hechos muy conflictivos, como es el caso de  la prostitución. El texto dice:

 “Salgo de la casa aburrido, irritado,

a buscar tu silueta, desesperado.

Me encuentro a mí mismo,

solo y cansado.

La vida es un circo,

todos somos payasos,

pasean los magos, todo me da asco,

y eso me pasa porque faltas tú.

Tú te crees la mejor,

tú te crees una artista,

porque vas en turitaxi por Buena Vista,

buscando lo imposible.

Porque a ti te faltó yo también.

 

Cambiaste mi amor

por diversiones baratas,

el precio del espíritu no se subasta,

por eso te comparo yo con una bruja”.

Paradójicamente el texto de "La Bruja" es muy elaborado, quizá con alguna influencia de la Nueva Trova, que suele utilizar recursos literarios de gran altura, pero al entrar al estribillo y las guías, El Tosco arremete con fuerza.

¨Tú lo que eres una bruja, una bruja sin sentimientos¨, repite entre guías que posteriormente le llevaron a constantes disputas, incluso con representantes de instituciones.

Liliana Casanellas Cue asegura que no es en el texto donde se percibe la vulgaridad, sino en sus improvisaciones, " por la repetición hasta el cansancio de los epítetos: loca, arrebatá, desquiciá".

Lo cierto es que los arreglos de los metales, el sonido del bajo de Feliciano Arango, la percusión, los cierres y los cambios de ritmo necesitan de un nivel técnico imprescindible. Nótese que en el caso de NG La Banda, muchos de los músicos venían de Irakere, una agrupación ya con reconocimiento en todo el planeta en el mundo del jazz-rock y el jazz afrocubano.

De los vaivenes de la timba surge además un hecho importante, y es la suspensión de la Charanga Habanera por seis meses en 1997 por comportamiento, calificado de vulgar, de sus integrantes.

Foto extraída de YouTube

La crítica a la música popular es un viejo fenómeno que responde al arraigo a lo que algunos llaman underclass, y a la mirada perjudicada de muchos estudiosos.

El son, el danzón e incluso la nueva trova sufrieron criterios negativos. En el caso de la timba, surge en un contexto económico difícil y que obligó al gobierno cubano a abrir para turistas con acceso al dólar.

La irrupción del turismo, del dólar y de fenómenos como la prostitución, además de un cambio tecnológico y la entrada de empresarios de otras partes del mundo, daban una visión diferente a los artistas y anunciaban la posibilidad de entrar al gran mercado, cosa que fuera, en verdad, muy difícil para el sonido timbero.

La timba, y es algo que no debe pasar por alto, tiene sus raíces en agrupaciones como Irakere, fíjese que la línea de metales es de cuatro o cinco alientos, Leonardo Acosta es certero al decir que la mayoría usa trompetas, saxos y trombones y que esta línea, como decíamos anteriormente, se conforma según el estilo de Irakere, que incorporó además un manejo versátil del afrocuban jazz y elementos de la música yoruba como el batá o el chequeré. En NG La Banda se notan precisamente elementos de la música yoruba.

La timba fue y es polémica, esta fusión de lo más popular y lo más elaborado es una muestra de cómo ha influido la educación en la música cubana. Sin embargo, la misma sociedad, y sobre todo la presuntamente más educada, dudó e incluso hizo lo posible por borrar un sonido auténtico de la nacionalidad cubana.

Revisar hoy discos como "El Cuento de la Buena Pipa" del multinstrumentista Alain Pérez, y sobre todo "Será Que Se Acabó" de Alexander Abreu, dan muestra de cómo este sonido ha llegado a nuestros días. A lo dicho, y de manera quizá fundamental, habría que tratar de entender sonoridades nuevas, también denostadas ahora por puristas e incluso por músicos, como la fusión de la timba con el reguetón.

Recordemos antes que José Luis Cortez llegó a citar el modo en que arremetieron contrala timba. El Tosco comparó luego los textos de la timba con el contenido explícito del reguetón. 

Lo cierto es que la timba siguió existiendo en formatos como las primeras versiones del dúo Gente de Zona y en Los Cuatro. Aún sigue viva una fusión donde lo electrónico se hace escuchar de manera vertiginosa. Lo mismo ha sucedido con muchas piezas de Charanga Habanera, que llegó incluso a hacer reguetón de la manera más pura y que, sin embargo, al traer de vuelta a uno de los más grandes cantantes de la timba, Michel Maza, parece volver al ruedo.

Porque aunque muchos le negaron espacio, hay ejemplos de salseros que, como mismo se negó la salsa en Cuba, han dado la espalda a la timba. Pero lo cierto es que la timba tiene espacio en sitios como Perú, Ecuador o Colombia. Sígase el caso del desafortunadamente asesinado Tirso Duarte.

En fin, la timba fue otro de los sonidos que, paso a paso, repite la historia de puristas contra sonido popular, crecimiento y paso a otra moda. A la timba, eso sí, le ha tocado un cambio tecnológico muy profundo. Aquí habría que recordar, como McLuhan, que el medio es el mensaje. Si al comenzar todavía se grababan acetatos y se acudía al CD como elemento de gran promoción, orquestas como Charanga Habanera han visto que un hombre con una computadora sustituye a esos 12 o 14 músicos y que se coloca la obra en Spotify u otra plataforma de streaming.

Así y todo, la timba sigue porque no es solo expresión popular, es una muestra del talento y del nivel de los músicos cubanos. Porque para tocar timba se necesita nivel técnico. Sin ello, hacerlo es poco menos que imposible.

 Por Rogelio Ramos Domínguez

Casanella Cue, L. (2004). En defensa del texto (1a ed.). Editorial Oriente.

Acosta, L. (2007). Otra visión de la música popular cubana. Editorial Letras Cubanas.

Giro, R. (1995). Panorama de la música popular cubana. Editorial Letras Cubanas.

L’ Ostia